Al Qaeda abraza una retórica izquierdista para ganar popularidad

Palacio marroquí

La organización terrorista Al Qaeda ha ido cambiando en los últimos años su vocabulario hasta llegar en el último de sus comunicados a abrazar una retórica de tono izquierdista con su condena al «feudalismo bancario» y al «saqueo de la clase obrera» por parte de «la corrupta aristocracia».

El líder de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), Abu Musab Abdeluadud, hizo estos comentarios en un discurso en su productora habitual «Al Andalus», donde comentó las recientes protestas en Francia protagonizadas por los «chalecos amarillos».

Abdeluadud tachó al Gobierno francés de «ejecutivo de saqueadores del sustento de la clase trabajadora», y calificó al jefe de Estado galo, Emmanuel Macron, de «presidente de la minoría rica» y «marioneta de los bancos».

El analista marroquí Abdelyahab Rafiqui sostiene que Al Qaeda sufrió un doble golpe a partir del 2011: la Primavera Árabe, que confirmó a una gran parte del islam político que el cambio pacífico es posible, y el ascenso del Estado Islámico (EI), que consiguió el apoyo de los jihadistas que tradicionalmente eran simpatizantes de Al Qaeda.

Rafique explica que el nuevo discurso de la organización terrorista, que evita la retórica religiosa y extremista, es una táctica para buscar la popularidad y el apoyo de nuevas masas que no formaban parte de las bases habituales del islam jihadista.

Por su parte, el ex vicedirector de la Seguridad de Estado (policía política) de Egipto Fuad Alam explicó desde El Cairo que, en el fondo, no se trata de algo nuevo: «es como si el marxismo de hace años volviera de nuevo pero con otros nombres».

«(La retórica de Al Qaeda) me recuerda el discurso de organizaciones violentas europeas que ya no existen, como la Facción del Ejército Rojo en Alemania (la banda Baader-Meinhof)», precisó.

El giro en la comunicación del grupo jihadista comenzó tras el estallido de las revueltas árabes en 2011; desde entonces, Al Qaeda y sus facciones por el mundo han ido suavizado su discurso al tiempo que reducían su acción violenta en un intento por ganar el apoyo de los pueblos musulmanes y desvincularse del comportamiento sangriento de otros grupos como el autodenominado «Estado Islámico» (Daesh).

En 2012, el emir general de Al Qaeda, el egipcio Ayman al Zawahiri, emitió dos documentos directivos, uno político y otro militar, diseñando una nueva estrategia para su organización consistente en ser más selectivos con la acción violenta para buscar un mayor apoyo en las sociedades musulmanas sacudidas por la Primavera Árabe.

Al Zawahiri consideró que las revoluciones árabes fueron posibles gracias a los golpes de su organización a EEUU desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, que obligaron a Washington a levantar su protección a los regímenes árabes, lo que dio un respiro a las «fuerzas del cambio popular».

En los últimos comunicados de Al Qaeda, cada vez aparecen menos referencias a los «infieles» o los «cruzados», y evitan la retórica religiosa del «takfir» (condena a los adversarios), utilizando más bien argumentos como el anticolonialismo en África o la desigualdad social en Europa.

Así, en el último comunicado se asegura que las protestas francesas «han desenmascarado el feudalismo de los bancos y de las bolsas, así como las mentiras de los medios de comunicación», precisó Abdeluadud en una cinta de casi media hora de duración que recuerda a la retórica del marxismo.

Asimismo, calificó al pueblo francés de «una mayoría explotada por una minoría parásita» que monopoliza el capital a través de las «empresas del robo».

Además de esa nueva terminología, el líder terrorista justificó la caída del nivel de vida de los franceses por el alto coste de las operaciones militares antiterroristas de Francia en el mundo, y concretamente en Malí.

Dijo que «los políticos obligan al pueblo francés a financiar sus guerras incesantes», que solo enriquecen a la «aristocracia francesa corrupta» y empobrece a los franceses y añade: y a «nuestra población oprimida», en alusión a las antiguas colonias francesas en África.

Pese a esa retórica internacionalista, quedan en Al Qaeda quienes mantienen un discurso religioso tradicional que divide al mundo entre musulmanes e infieles y ve que la confrontación entre las dos partes como una fatalidad.

El pasado mes de octubre, el destacado líder de la organización terrorista en el Sahel, Yahia abu Hamam, acusó a las autoridades malienses de ayudar a los «cruzados» en su guerra contra los musulmanes, pero esta retórica cada vez es menos usada en beneficio de la que se dirige a los «oprimidos» de la tierra. EFE

 

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3 thoughts on “Al Qaeda abraza una retórica izquierdista para ganar popularidad”
  1. No hay que olvidar que en la extrema derecha utilizan las mismas consignas populistas, entre los chalecos amarillos están unidos extrema izquierda y extrema derecha del Frente Nacional de Le Pen. En España, la misma dictadura fascista de Franco se volvió más capitalista que los mismos americanos tras los acuerdos de 1953 que firmaron para colaborar contra el comunismo de la antigua URSS o el Telón de Acero, a cambio de ceder varias bases militares a Estados Unidos, así que lavaron su imagen, retiraron su apoyo a los países árabes que estaban en guerra con Israel, dejaron de venderles aviones y armas, obligaron a volver a España a los antisemitas falangistas que enviaron contra Israel, cambiaron la cúpula del gobierno fascista que estaba compuesto por nacionalsocialistas de Falange y de intransigentes o energúmenos y beligerantes ultracatólicos jesuitas, y en su lugar pusieron a muchos de la secta ultracatólica de el Opus Dei, secta que hasta entonces nadie conocía, en el poder político fueron conocidos como los tecnócratas, con un perfil muy capitalista, los que controlaron sobre todo el poder económico en España, con sus ministros y organizaciones de donde eran elegidos los altos funcionarios del estado, o convirtieron a uno de los suyos, Ruiz Mateos, en el líder del holding empresarial más grande de la historia de España, RUMASA (grandes bancos como el Atlántico, bodegas, grandes almacenes como Galerías Preciados, fábricas de yogures, chocolates, etc.), holding que fue expropiado al completo por fraude, en concreto por impagos a la Seguridad Social, durante la democracia actual. Antes del lavado de imagen de los fascistas españoles, todos decían prácticamente lo mismo que un comunista fiel adepto de Marx o Lenin, en YouTube se puede ver una sesión del parlamento de la España fascista, durante un discurso de un militar a los miembros de la cámara, todos militares fascistas, discurso muy virulento anticapitalista, defendiendo al obrero y denunciando la explotación de las empresas del sistema capitalista. A diferencia con los comunistas, estos implantaron un partido y sindicato único, Falange y sus numerosas organizaciones a modo de tentáculos, que instauró su sistema de elecciones al partido único y lo que se llamó el sindicato vertical, es decir, las decisiones las tomaban los sindicalistas fascistas de Falange a modo de representantes de los obreros junto con los mismos empresarios. Un resto de este sistema quedó en España en una de las famosas empresas españolas, los grandes almacenes El Corte Inglés, por cierto son los únicos supermercados españoles que venden comida kosher en las dos grandes capitales y en Marbella, prácticamente todos los trabajadores de esta empresa están afiliados a un sindicato muy particular que copia el sistema sindicalista vertical de Falange durante la dictadura fascista, y por ejemplo son los únicos que no hacían nunca huelgas generales antes cuando las convocaban los dos grandes sindicatos comunistas cuando todavía tenían fuerza. En realidad, los fascistas españoles son fascistas muy especiales, son conocidos por ser especialmente corruptos, la mayoría de la cúpula del gobierno de Franco recibió pagos de Inglaterra, entre ellos el hermano mayor de Franco, para convencer a Franco y a otros energúmenos filonazis de Falange de que no entrasen en la Segunda Guerra Mundial junto a sus aliados de la Alemania nazi de Hitler, y se dice que el mismo Hitler criticaba a Franco y los fascistas españoles por su apego a la aristocracia, al poder económico y a la Iglesia Catĺica, con los que Hitler y los nazis alemanes no comulgaban.

  2. Perdón, en España hay dos grandes sindicatos, uno es CC.OO. (Comisiones Obreras), sería el comunista, y el otro UGT (Unión General de Trabajadores) que sería socialista o cercano al PSOE. El resto de ideologías o sindicatos de otras siglas no cuentan mucho, sólo en ámbitos muy concretos, aunque por ejemplo en el País Vasco o Euskadi los sindicatos mayoritarios son ELA (nacionalistas vascos) y LAB, este último abertzale (patriotas o separatistas vascos) comunista que se asocia al entorno político que apoyaba a la desparecida organización terrorista separatista ETA. En mucha menor medida todavía existen sindicatos anarquistas, cosa que extraña ya que durante la Guerra Civil eran muy numerosos en toda España, sobre todo en Cataluña, y de los fascistas de Falange que antes infestaban toda España ahora lo único que se sabe es que intentan influir o mantienen organizaciones para presionar y coaccionar a universitarios como los de las facultades de Derecho. Mención aparte son por ejemplo sindicatos de militares, o los de la Policía Española y Guardia Civil, los democráticos o más bien de izquierdas son una minoría, seguramente menudo los tachen de traidores, eso con suerte, el resto de militares y policías españolas, todos estos se asocian a la extrema derecha, por ejemplo varios de estos sindicatos de las policías españolas han estado haciendo campaña política a favor del partido fascista Vox que acaba de irrumpir con fuerza en la vida política de España.

  3. En realidad no es que Al Qaeda esté recurriendo a una nueva retórica marxista, si no que esto demuestra, una vez más, que el comunismo en su permanente mutación o metástasis ha sido el socio permanente y preferido de este tipo de movimientos terroristas. Es una especie de asociación simbiótica en el que uno de los actores aporta la gran masa y el dinero, mientras el otro aporta la maldad, la retórica y la cizaña, como bien lo sabe hacer el comunismo.

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