Abbás en arenas movedizas

Pablo Sklarevich
El presidente palestino, Mahmud Abbás, se ha vio repentinamente iluminado por el espíritu democrático y resolvió después de aproximadamente una década, convocar a elecciones municipales, para el 8 de octubre próximo.
El grupo islamista Hamás, que se había mostrado inicialmente apático, decidió participar, a último momento, sorprendiendo a los analistas.
Desde entonces, los comicios municipales palestinos se han convertido en “único juego en la ciudad”.
El movimiento nacionalista que encabeza Mahmud Abbás, se encuentra en el punto más bajo de su popularidad. Para darse una idea, en los comicios para el consejo estudiantil de la Universidad de Birzeit, donde estudia la alta sociedad palestina; Hamás logró una aplastante victoria.
En 2006, Abbás fue prácticamente empujado por la Administración norteamericana –liderada entonces por el presidente George W. Bush y la secretaria de Estado Condoleezza Rice- a realizar elecciones parlamentarias democráticas. Hamás obtuvo 74 de los 132 escaños, y Fatah consiguió solamente 45. La victoria de los islamistas condujo al desalojo de Abbás y Fatah de Gaza, la división de la sociedad palestina, y el congelamiento de hecho de las conversaciones de paz con Israel.
Si Abbás decide bajarse del árbol y suspender las elecciones, como según los reportes le piden muchos de los dirigentes de Fatah, su legitimidad y la de su movimiento quedará dañada.
En cambio, si como los pronósticos indican Hamás obtiene una arrolladora victoria; la posición estratégica de los palestinos se verá perjudicada.
Aún no queda claro si se trata de un gambito dentro de un amplio movimiento regional -el presidente egipcio Abdel Fattah a Sisi ha reclamado la reconciliación entre Fatah y Hamás como condición para la paz con Israel, y el régimen secular y nacionalista de Argelia autorizó la apertura de una oficina de Hamás en su capital- o si fue un error de cálculo del veterano líder palestino.
De cualquier manera, mientras el presidente palestino se prepara para un posible encuentro con el primer ministro, Biniamín Netanyahu, en Moscú; los cuadros medios de Fatah tratan subsanar las divisiones internas y cerrar filas para hacer frente a la ola islamista.