A la manera de Jarmusch, excelente

Paterson (USA, 2016). Dirección y guión: Jim Jarmusch. Fotografía: Frederic Elmes. Actores: Adam Driver (Paterson), Golshifteh (Laura), Rizwan Manji (Donny), Dominic Liriano (chico en el bus 1), Jaden Michael (chico en el bus 2), Barry Shabaka Henley (Doc) y otros

Paterson es un chofer de autobús y para confundir un poco la acción sucede en Paterson, New Jersey, lleva un tiempito acostumbrarse a esa dualidad del apellido. Parece que no ocurre nada en el film pero nada (eso que se describe con simpleza como nada) ocurre. Cada día de la semana, que en realidad funcionan como capítulos de una rutina, se despierta temprano, mira el reloj para cerciorarse de que ha llegado la hora de salir de la cama y dirigirse a la estación de autobuses para empezar su trabajo. Besa a su amada Laura, se sube al autobús, mete la llave en la ignición y arranca no sin antes mantener una conversación con un colega que, como dicho, gira alrededor de lo que sucede que no es diferente en realidad del día anterior.
Sale así a la luz del día del lunes a viernes. Dividir historias en unidades de tiempo, en horas y días es un recurso habitual con el día impreso en la pantalla. Durante el itinerario habitual va subiendo gente y Paterson presta atención a las conversaciones que se van brindando entre los ocupantes del bus sobre diferentes temas, si se quiere triviales, de su realidad.
22cinePero la realidad de Paterson tiene otro aspecto, escribe poemas y los poemas que escribe en su diario aparecen manuscritos en la pantalla mientras los va escribiendo. Son en realidad las palabras del norteamericano Rod Padgett que va escribiendo en sus ratos libres, en sus descansos, en su pequeño cuarto o mientras espera comenzar su recorrido diario, es una poesía que busca encontrar lo apreciable en las pequeñas cosas que no se valoran a diario por el peso de la rutina, el lenguaje es si se quiere coloquial, encontrando la belleza de la palabra adecuada.
En casa pasa el tiempo con su esposa Laura que también tiene sus pasiones adornando cada superficie, paredes, cortinas, ropa, con círculos blanco y negro, pareciera que su actividad es más frívola que la de nuestro poeta conductor, ella se dedica también a hacer una especie de panqueques en forma de globos con chocolate y otros contenidos dulces. Su sueño es convertirse en cantante de country y para eso quiere comprar una guitarra y la financiación vendrá de los tales panqueques.
La pareja tiene un perro bulldog, Marvin, que se pasa la vida acostado en un sillón gruñendo como comentario a su manera sobre algo que sucede o se haya dicho. Laura se podría considerar ser la musa de Paterson, ella insiste que haga una copia de su diario de poemas.
Paterson tiene como referencia a otro William (no William Blake) sino William Carlos Williams y no es casual porque en el propio nombre está la repetición, como Paterson de Paterson. Williams vivía en un lugar cercano al protagonista y tomó el nombre para su poema épico que, como dijo, tiene que ver con el parecido entre la mente de un hombre moderno y una ciudad., como se verá más tarde Williams sugería y Paterson ejecutaba, es que la respuesta o la solución es comenzar desde lo particular y hacerlo general, agregando que todo lo que sabemos son nuestras complejidades.
Hay un encuentro casual de Paterson con una niña que también tiene un diario de poemas y recita uno que es realmente muy bello, simple y bello. La rutina de Paterson es sacar a pasear a Marvin de noche, atarlo fuera y entrar al bar para tomar una cerveza y conversar con Doc, el dueño. Tiene también conversaciones con los parroquianos, uno de ellos está enamorado de una mujer que no quiere tener una relación amorosa con él, pese a su insistencia.
Uno de los poemas de Paterson se ocupa de un objeto simple como los fósforos y las cajas de diferentes variedades. Marvin será la némesis de Paterson, como se verá más adelante. Jarmusch nos muestra, quizás el álter ego del protagonista, que visitar todos los días los mismos lugares es una oportunidad de prestar atención a aquello que hemos ignorado en un primer momento. El encanto del film va tomando cuerpo paulatinamente, no hay ningún apuro y como se ha dicho antes, la nada va sucediendo y abarcándolo todo. La actuación tiene ese algo de Jarmusch que la hace singular y muy meritoria. El film no trata de agradar, simplemente agrada con una buena sensación.

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