2da. Parte: Una mexicana enamorada de Israel – Por Karla Pineda

"Qué equivocados estamos en otros países pensando que en Israel no se vive en paz, no se vive bien, no es incluyente. Pues yo lo viví y vi con mis propios ojos y realmente ellos viven de lo mejor"

Karla Pineda
Twitter: @KarlaPineda1 / Instagram: @karlapineda1 / Facebook: Karla Pineda

Mi primer amanecer en Israel es indescriptible. Después de no poder dormir casi nada por el jet lag, bajé a desayunar al restaurante del hotel y por un par de ventanas se asomaba el mar con la salida del sol. He visto muchos amaneceres en distintas playas de varios países pero ese era realmente hermoso. Pueden llamarle loca pero ahí en Israel, amanece con un brillo especial.

Estaba ya lista y emocionada para recorrer las calles de Tel Aviv y así es como empezó nuestro día. Sus calles, su gente, yo no perdía dato de todo lo que veía. Así llegamos a La vieja Jaffa. Es un sitio muy especial y no solo por su antigüedad e importancia histórica. Se le considera uno de los puertos más antiguos del mundo ubicado en una colina que al día de hoy es un barrio donde uno encuentra galerías de arte en abundancia, con piezas realmente hermosas; tiendas únicas, restaurantes y museos.

Sus estrechos callejones se recorren con mucha tranquilidad y curiosidad porque lo que uno va descubriendo realmente es impredecible. Por ejemplo, se ve una roca literal casi flotando en el aire con un árbol dentro, portones viejos ideales para tomarse fotos. Ahí también uno encuentra la cúspide de la colina desde donde se puede apreciar por un lado la cuidad de Tel Aviv y sus edificios modernos y por el otro lado el contraste del puerto antiguo y una ciudad vieja pero más viva que nunca.

 

No sé si les ha pasado que encuentran un pedazo de pasto en un lugar que les inspira solo a sentarse para observar, oler su tierra, sin hablar, sin hacer nada más que observar y agradecer lo que uno está viviendo y viendo. Eso me pasó y ahí mismo me senté en un pedazo de pasto en la colina viendo, apreciando el mar, la vista panorámica de Tel Aviv desde las alturas, quería realmente pasar la tarde ahí pero era hora de seguir.

Regresábamos a Tel Aviv mientras el guía nos contaba la forma de vivir de esa ciudad: el respeto de creencias, por ejemplo en un mismo edificio viven judíos , musulmanes y cristianos en total armonía; el servicio militar obligatorio no solo para varones, también para mujeres y a diferencia de otros países de pensar que es por mera obligación, ellos lo hacen por servicio a su país y lo hacen con gran orgullo, entrega, pasión y amor. Por eso no es raro ver en la calles mujeres jóvenes muy bellas, ya sea uniformadas de soldado o ropa casual en días de descanso con sus armas colgadas, que imponen pero que al mismo tiempo uno admira por su valentía y compromiso.

Tel Aviv y sus calles – de verdad cómo les digo que no hay un rincón que uno no encuentre arte urbano, murales, bancos de parques pintados con frases inspiradoras. Como el Boulevard Rotschild me encantó lleno de niños jugando en bicicletas con sus mascotas, ancianos jugando un juego conocido en mi país como rayuela – la gente realmente se veía tranquila, disfrutando, tomando café en lugares muy lindos y yo pensaba: esto es calidad de vida.

 

Qué equivocados estamos en otros países pensando que en Israel no se vive en paz, no se vive bien, no es incluyente. Pues yo lo viví y vi con mis propios ojos y realmente ellos viven de lo mejor: realmente disfrutan de sus calles, sus playas, la cultura al ejercicio es evidente, toda la gente en forma, disfrutan de leer un buen libro o estudiar en una banca, en la arena a la orilla del mar o mucho mejor tomar una guitarra y sentarse en una piedra en la costa y cantar así sin más ni más. Cuando vi a un muchacho hacer eso no dude en grabarlo y sentarme a su lado a escucharlo mientras cantaba como dicen por ahí como los mismos ángeles. Al mismo tiempo en el cielo nos sobrevolaban aviones del ejército, algo que fue majestuoso.

Nunca me había sentido tan segura y protegida era mi segunda día y ya quería quedarme a vivir ahí. Creo que me faltaron días para conocer y disfrutar Tel Aviv pero pensé: seguro en mi segundo futuro viaje estaré aquí mínimo 3 días más. Por el momento, era hora de seguir las huellas del cielo rumbo a Haifa , Cesarea Marítima, Nazareth y Tiberias donde pasaríamos nuestra siguiente noche.

Y sí, leyeron bien. Ya estaba pensando en mi segundo, futuro y no lejano, viaje a Israel apenas en mi segunda noche de estar ahí.

Karla Pineda es publicista, conductora, cristiana y una figura conocida en México

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